Historia
La historia de la Asociación Psicoanalítica Argentina tiene sus raíces en la historia del movimiento psicoanalítico internacional. Desde principios del siglo XX el psicoanálisis se desarrolló en Europa, América del Norte y América del Sur. Se expande como movimiento en el área de la civilización occidental y, en la actualidad, también en algunos países de oriente.
Nacido en el Imperio Austro-Húngaro, el psicoanálisis sedujo a una primera generación de pioneros de lengua alemana. En 1910 se crea la primera Asociación Psicoanalítica Internacional en Viena. Entre 1912 y 1913 el psicoanálisis avanzó de países donde se habían desarrollado los principios de la psiquiatría dinámica: Suiza, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Después de la Primera Guerra Mundial progresó en dos países latinos Francia e Italia y, posteriormente, en los países nórdicos.
La hegemonía del estalinismo en Rusia y el nazismo en Alemania bloqueó las posibilidades de desarrollo del psicoanálisis en Europa. Entre 1932 y 1941 abandonaron Europa los psicoanalistas freudianos de la primera y segunda generación. El movimiento migratorio instaló aproximadamente una cuarta parte de la comunidad freudiana en Gran Bretaña, tres cuartas partes en los Estados Unidos y una minoría en Sudamérica, fundamentalmente Argentina y Brasil.
La emigración tuvo tres consecuencias: el refuerzo del poder de la International Psychoanalytical Association (I.P.A.), la divisón del freudismo clásico en varias corrientes y el fin de la supremacía de la lengua alemana para el psicoanálisis, reemplazada por la inglesa. La condición para la formación de un movimiento psicoanalítico es la existencia de un estado de derecho que garantice el libre ejercicio de la enseñanza de las teorías psicoanalíticas. Este estado de derecho se caracteriza por ejercer un poder limitado sobre la sociedad y los ciudadanos. Sin libertad, es imposible ejercer el psicoanálisis o enseñarlo en instituciones específicas. Cuestionar el autoritarismo en todas sus formas y manifestaciones es un aporte que el psicoanálisis brinda a toda sociedad.
En la Argentina, el descubrimiento de Freud venía a dar una salida a una sociedad marcada por la inmigración, con el pasado perdido en Europa, en muchos casos amenazante; pero a su vez con la necesidad de reencontrarse con sus orígenes, con su historia infantil olvidada y con la posibilidad de poner al descubierto sus deseos inconcientes. Un pequeño grupo de profesionales jóvenes, inmigrantes o hijos de inmigrantes, encontraron en los conceptos freudianos las respuestas a sus cuestionamientos que las diversas disciplinas aún no habían podido darles. Existían en medios intelectuales, académicos, psiquiátricos conocimientos diversos sobre las teorías freudianas, pero recién en 1940 es cuando surge la idea de fundar una Sociedad Psicoanalítica con miembros psicoanalizados.
Los fundadores
El Dr. Ángel Garma prestigioso psicoanalista, con una sólida formación, miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional, analizado en Alemania con Theodor Reik, y el Dr. Celes Cárcamo que aportó su formación en Francia donde se analizó con Paul Schiff, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de París integraron el grupo original. Algunos meses antes de firmar el Acta Inagural de la futura Asociación, llegó al país la Dra. Marie Langer, que se había formado en el Instituto de Viena. El l5 de diciembre de 1942 firmaron el Acta Inagural de la Asociación Psicoanalítica Argentina: Ángel Garma, Celes Cárcamo, Arnaldo Rascovsky, Enrique Pichón Riviere, Marie Langer y Enrique Ferrari Hardoy. Cada Asociación Psicoanalítica debe cumplimentar ciertos requisitos para ser aceptada como Miembro de la International Psychoanalytical Association.
El 23 de diciembre de 1942 fueron reconocidos provisoriamente como grupo psicoanalítico por Ernst Jones, en espera de la ratificación que se le otorgaría en el primer Congreso Internacional, que se realizaría al finalizar la segunda guerra mundial. En julio de 1943, a siete meses de la fundación de la Asociación se crea la Revista de Psicoanálisis; se solicitó a don Francisco Muñoz, benefactor del movimiento psicoanalítico argentino, su patrocinio para editar una publicación (primera en español) representativa de la nueva institución, que iba a funcionar como editorial especializada en psicoanálisis.
En la década del cincuenta, A.P.A. adquiere presencia universitaria a través de tres conferencias dictadas por Ángel Garma, Arnaldo Rascovsky, Arminda Aberastury. Más tarde, ejercieron la docencia como profesores en la Facultad de Psicología: José Bleger, David Liberman y Fernando Ulloa. Con Onganía y la “Noche de los Bastones Largos” el desmantelamiento de la Universidad significará el fin de esta experiencia y marcará otra intrusión del poder político en las instituciones educativas. Arminda Aberastury fue pionera en el psicoanálisis de niños, que dió lugar más tarde junto con Betty Garma, a la creación del Departamento de Niños y Adolescentes en la APA, para la formación de psicoanalistas en esta especialización.
El movimiento psicoanalítico argentino siguió los pasos de Sigmund Freud quien nunca abandonó los desarrollos técnico-clínicos y de investigación; el conjunto de sus Miembros y Colegas en formación han producido una vasta obra científica, labor que se mantiene ininterrumpidamente en la actualidad, constituyendo parte fundamental e ineludible del campo psicoanalítico en la Argentina.
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