Resumen Fernando M. Gómez
Se tratará de establecer un diálogo a partir de los diferentes niveles de compromiso que requiere la función del psicoanalista de niños y adolescentes con relación a los ejes temáticos propuestos por la Secretaria científica: psicosexualidad, cuerpo, presencia, intimidad y transferencia, y por que no también la contratransferencia, frente a una realidad tan apremiante como la que se nos presenta hoy en día. Esta ha llevado a la necesidad de tener que implementar nuevas variantes tecnológicas para llevar adelante las sesiones de análisis. Ahora bien, manteniendo y ofreciendo sesiones por skype y/o teléfono, hay preguntas que se no podemos dejar de hacernos en el análisis de niños y adolescentes
A diferencia de lo que sucede en el análisis de adultos, sabemos que el análisis de niños y de adolescentes guarda una cierta especificidad, ya que nos encontramos con un psiquismo y un cuerpo en plena etapa de constitución, crecimiento y desarrollo; con una pulsión, emergente somatopsíquico al decir de Freud, de ciertas características y a la cual le espera un largo camino para tramitar ese proceso en el niño de ser objeto del deseo a ser objeto deseante. Para poder tramitar esa eclosión pulsional puberal que ocurre finalizada la latencia, la cual sabemos que ocurre en un momento en el cual el aparato psíquico se encuentra en una dramática situación de cambios, y para finalmente poder encarar en la adolescencia la exogamia, uno de los grandes logros del psiquismo. También sabemos que la comunicación verbal se da junto a formas predominantemente no-verbales, donde las experiencias que el niño y el adolescente viven con su cuerpo (como las miradas, los gestos, las mímicas, los movimientos corporales, lo lúdico) y con las percepciones (la mirada, la escucha predominantemente, lo táctil, lo olfatorio) intentan dar cuenta de aquellas escenas de la realidad intrapsíquica, de ese universo de fantasías, y de un amplio abanico de estados afectivos del niño y el adolescente. Junto a la presencia del analista transferencia, contratransferencia, creatividad y resistencias mediante, ambos analista y paciente buscarán darle una forma y una simbolización. Esto nos conduce inevitablemente a pensar en cuestiones del método en el análisis de niños y adolescentes donde el encuadre y el proceso son dos variables que no podemos dejar de considerar, sobretodo ante la necesidad de implementar hoy en día un nuevo formato tecnológico de atención virtual debido a, y en concomitancia con, una realidad actual traumática con las que a ambos, analista y paciente, les toca convivir y afrontar. Es por esta razón, que esta situación nos ponde de frente a la pregunta si es posible y cómo esta situación actual de trabajo pantalla-teléfono mediante, incida dentro del análisis de niños y adolescentes en los procesos de asociatividad, simbolización y subjetivación. Y para ello creo que será necesario que el analista de niños y adolescentes, tomando distancia de ciertos prejuicios y creatividad mediante, pueda estar dispuestos a dejarse sorprender, al descubrimiento, a la investigación de esta nueva experiencia.