3 de diciembre: Nacimiento de Anna Freud
Anna, la hija menor de Sigmund Freud nació en Viena el 3 de diciembre de 1895 y murió en Londres a los 86 años. Su padre tenía ya treinta y ocho años y acababa de confirmar la existencia del inconsciente.
Si bien se graduó como maestra y su vida profesional se centro en sus comienzos en la educación de la infancia, ella era una presencia frecuente en las discusiones psicoanalíticas llevadas a cabo en su casa entre su padre y sus colegas. Lo cual posiblemente, y alentada por su padre, la inspiro a comenzar a formarse en la carrera psicoanalítica, particularmente en el campo del análisis de niños y adolescentes. Su único análisis fue con su padre entre 1918 a 1922, año en el que se convierte en miembro de la Asociación Psicoanalítica Vienesa.
Su trabajo en Viena quedo interrumpido debido a la invasión Nazi, la familia Freud emigro a Londres en 1938. Debido a la precaria salud de su padre ella organizo la emigración, y ya establecidos en Inglaterra ella continuo su trabajo ocupándose al mismo tiempo de la salud de su padre quien fallecería al año siguiente en 1939.
Su trabajo se centró sobre todo en las funciones del yo en el desarrollo de la personalidad, y los mecanismos que se ponen en marcha para ajustar las pulsiones del ello a las demandas del superyó, especialmente la represión, la proyección, la racionalización, la negación, la identificación con el agresor y las formaciones reactivas.
En 1947 fue la fundadora del Hampstead Child Therapy Course and Clinic, en Londres, lugar donde trabajó como directora desde 1952. Además contribuyó a fundar la publicación anual Estudio psicoanalítico del niño en 1945. Su principal obra, “El yo y los mecanismos de defensa” (1936), se ha convertido en un clásico de psicología, al igual que “Normalidad y patología en la niñez” (1965).
Hay que reconocer que Ana Freud se acerco con cautela al psicoanálisis de niños, dudando acerca de la posibilidad de llevar adelante un verdadero análisis infantil, debido a que los padres estaban todavía demasiado presentes en la vida del niño, y entonces, no se podía establecer una adecuada relación transferencial entre el pequeño paciente y el analista. Por esta razón, consideraba indispensable enlazar el análisis de niños con un trabajo pedagógico previo. Por otra parte, desplego una descriptiva muy rica de fenómenos intermedios entre la neurosis, por un lado, y la salud por el otro, pensando siempre la clínica en relación con la estructura familiar.
En ese sentido, cabe destacar la descripción de su “Esquema del perfil diagnostico”, en el cual a través del recorrido de nueve ítems, se arriba a un diagnostico, pronostico y posibilidades terapéuticas de un niño a partir de la consulta. Verdadero hallazgo al cual es ineludible remitirse en estos tiempos de DSM, al que, dicho sea de paso, supera ampliamente, ya que constituye una verdadera y legitima guía orientativa basada absolutamente en todos los fundamentos psicoanalíticos.
Dra. Ana Rozenbaum de Schvartzman