“Qué mirada tienen los niños de la orientación sexual de sus padres”
Trabajo de investigación presentado en el Departamento de Pareja y Familia, el 23 de abril del 2019.
Grupos de Investigación 2018
Convenio entre Asociación Psicoanalítica Argentina y Colegio de Psicólogos Provincia de Buenos Aires, Distrito XII.
Coordinadora: Marta Kreiselman de Mosner
- Carla Sacerdoti
- Graciela Jolodenco Zelicovich
- Karina Matticoli
- Mabel García
- Susana Caldas
Quilmes:
- Alicia Cristina Domínguez
- Andrea Montiel
- Cecilia Cernadas
- Daniela Reche Baismoreau
- Julia Raris
- Mariana Usach
- Marta Bottino
- Mirta Agüero
- Norma Rodriguez
- Paula Cecchini
- Rebeca Luciano
- Silvia Alaimo
- Sofía Belén Cucchi
- Introducción
- El concepto de verdad en los niños
- Modos infantiles de metabolizar las tristezas y duelos.
- Concepto de duelo. (Destinos de dolor en el trauma y mesa redonda)
- La teoría falocéntrica en la obra Freudiana
- La lógica binaria
- ¿Hay correspondencia entre ambas postulaciones?
- El fenómeno de sentimiento de vergüenza en los niños
- Conformación del dique pulsional a partir de la falta.
- ¿La angustia de castración y la envidia al pene se transfieren a la falta de padre (varón) o madre (mujer) en hijos de parejas homoparentales, niños en duelo, etc?
- ¿La inscripción de la diferencia sexual anatómica quedaría reemplazada por la percepción de la falta de uno de los progenitores?
- Un aporte del leguaje sintáctico. Los verbos copulativos (ser, tener y parecer).
- ¿Instalan en su uso el tema de la diferencia?
- ¿Cómo sería en otras lenguas?
- Casos clínicos
Introducción
Comenzamos a investigar acerca de los modos en que los niños perciben su propia sexualidad. Ideas, conjeturas y sensaciones. Teorías sexuales infantiles que avalan su investigación.
Repasaremos lo dicho por Freud en “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905, Tomo VII, p. 165).
… “En el chupeteo o el mamar con fruición hemos observado ya los tres caracteres esenciales de una exteriorización sexual infantil. Esta nace apuntalándose en una de las funciones corporales importantes para la vida; todavía no conoce un objeto sexual, pues es autoerótica y su meta sexual se encuentra bajo el imperio de una zona erógena”.
Más adelante agrega que para que esta zona erógena se constituya, debe tener un carácter rítmico ligado a la sensación placentera.
Es decir, la sexualidad infantil se siente desde las zonas erógenas apuntaladas por funciones importantes para la vida. El fenómeno rítmico impone una frecuencia de repetición placentera que da dominio y certeza a la conquista del placer. Este crisol abre el camino a la pulsión de saber. Al comienzo son sensaciones, principio de placer / displacer. Vivencia de satisfacción y vivencia de dolor. Fuentes pulsionales que florecen las preguntas de las teorías sexuales infantiles. Curiosidad y apertura a los interrogantes acerca de la vida, el placer y el dolor.
Es interesante detenerse a pensar como inicia Freud su trabajo.
“Sobre las teorías infantiles” (1908, Tomo IX, p. 187, Amorrortu editores).
… “El material en que se basa este resumen proviene de varias fuentes. En primer lugar, de la observación directa de las exteriorizaciones y del pulsionar de los niños; en segundo, de las comunicaciones de neuróticos adultos que en el curso de un tratamiento psicoanalítico refieren lo que recuerdan conscientemente sobre su infancia, y, en tercero, de las inferencias, construcciones y recuerdos inconscientes traducidos a lo consciente que son fruto de los psicoanálisis con neuróticos”.
Resumiendo, sería:
- La observación directa de la exteriorización del pulsionar de los niños.
- Recuerdos y comunicaciones de los pacientes adultos en un tratamiento psicoanalítico.
- Inferencias, construcciones y recuerdos inconscientes interpretados y traducidos por un psicoanalista.
Sin embargo, se nota un Freud apesadumbrado por lo que denomina “una gran dificultad del adulto”. “Si uno no atribuye a los niños actividad sexual alguna, tampoco se tomará el trabajo de observarla, y por otra parte sofocará de ella las exteriorizaciones que resulten llamativas”.
El adulto no quiere ver lo que produce incomodidad. Pero a pesar de esta dificultad, la curiosidad de los niños se despierta bajo el “aguijón de las pulsiones egoístas que las gobiernan” (Freud, p.189).
El apremio de la vida y el retiro de la asistencia por los padres, la pérdida de exclusividad por el nacimiento de un hermano, genera esfuerzo de saber. ¿De dónde vienen los niños? Los niños rehúsan creencias a las distintas teorías explicativas de los adultos, se sienten engañados y rechazados. Perciben que los “grandes” rodean de secretos las investigaciones acerca del tema.
Se abre una brecha entre lo que los niños creen y sienten por una predilección pulsional, pero no son “correctas para los grandes”.
Las teorías que investigan los niños y les dan sensación de certeza y verdad son:
- Atribuir a todos los niños, incluso a las niñas un pene. Como el varoncito conoce en su cuerpo.
- La teoría de la cloaca. Los niños se hacen comiendo alguna comidita y nacen por el ano.
- La concepción sádica del coito entre los padres.
Sexualidad e intelecto de los niños se inician en estas teorías que fueron construidas con mucho celo y dedicación para saber qué hacían los padres juntos y de dónde vienen los niños.
¿Los niños de hoy suspenden la investigación sexual infantil? ¿Ya no advierten la diferencia sexual anatómica?
Nuestra investigación apunta a dilucidar si todas estas construcciones conceptuales de los adultos acerca de las distintas sexualidades constituyen otra brecha de engaño y desilusión para los niños.
¿Qué de nuevo trae el adulto con las nuevas configuraciones? ¿Es producto de lo ya investigado por ellos en la infancia perversa polimorfa?
Es decir, saber acerca de los motivos por los cuales mamá y papá están en la cama, o sus funciones. Y de dónde vienen los niños.
¿Cuál sería la posición del psicoanálisis de niños?
Seleccionamos dos casos de la serie de trabajos clínicos que hemos estudiado para intentar responder las preguntas planteadas. Optamos por comenzar con un caso de un niño adoptado por una pareja homoparental.
Pascual, siete años1
“Evolución de la identidad sexual. Otra etapa en la subjetivación”.
Graciela Woloski – “Pascual ve muchas películas. Un niño criado en una familia homoparental”. Revista de la sociedad Argentina de Psicoanálisis. Número 15/16. 2011/2012. Pag 136
Cuando Pascual tiene 6 años empieza a traer curiosidad por estos temas.
“… P: — ¿Me dibujas una bruja?
Le pregunto cómo la quiere y me dice que quiere que tenga sombrero, que le falten dientes y que tenga una escoba para volar. Hace gesto de patearla y cuenta que: debajo de la cama de papá hay un corpiño.
A: — ¿Preguntaste por qué estaba ahí? Pascual levanta los hombros con un gesto de “qué se yo”. Saca un largavista de juguete y mira por la ventana.
A: — Tenés curiosidad, querés ver qué cosas pasan por aquí y por allá también en la pieza de papá, mirar cosas que hay arriba y debajo de la cama. Quiénes son varones, y quienes son mujeres. Pascual nombra a la mucama y dice que es nena porque tiene corpiño. También me cuenta que sabe palabras que las dicen en el micro escolar: choto, pelotudo, boludo"…
Pascual realiza una observación: la mucama (nena) usa corpiño ¿Por qué hay un corpiño debajo de la cama del papá?
¿El papá está en la cama con la mucama?
¿La pareja del papá usa corpiño?
Corpiño es nena, corpiño es entonces lo que falta en la pareja de los padres, una nena. Es decir: Pascual pregunta por la diferencia sexual.
¿Cuál es la posición ética de la analista ante esta pregunta del paciente?
“En oportunidades, cuando viene inquieto, reitera el juego de mostrarme sus destrezas con la pelota y aclara: -Te gano porque soy “macho”.
Alguna vez comenta: Jugar y hacer goles es de macho, practica posturas de gol, toma un rol activo y posiciones en la cancha de ataque y actividad, no tolera ser arquero, ni que lo pongan en lugares de esperar la pelota.
A: —Claro que sos varón, qué bien se te ve jugando a la pelota, tenés mucha fuerza y puntería!
Pascual se plantea enigmas en el contexto de la pareja homoparental, allí surge un juego entre Batman y Robin. Pascual se excita y empieza a decir que Batman y Robin se peleaban y chocaban contra la pared, Robin le baja la bombacha a Batman, “se le vio el bolín”. Me muestra el pantalón, me dice que él tiene bolín, dos. “Y ¿vos qué tenés?” me pregunta, y espero para intervenir.
A: —Me contabas las cosas qué decían con tus amigos, estás descubriendo muchas cosas, mirás que hay mujeres ¿qué tienen?, ¿tienen bolas?, hay varones, ¡tienen bolas!, hay quienes juegan a verse las bolas, hay varones que entran al baño de mujeres. Lo que se dicen entre los amigos no lo sabemos, tal vez vos sepas… Querés aclarar las cosas, no todo se puede ver, no todos quieren mostrar, ni se puede entrar a todos lados.
P: ¡¡Ah!! Si querés entrar al baño de mujeres te sacan a los carterazos.
A: —Claro, ellas no quieren varones en el baño de mujeres. Vos tenés muchas ganas de saber sobre las mujeres, de verlas.
Comenta que en la escuela empujó a un chico para que entre al baño de las mujeres y que lo retaron.
Pascual está muy curioso, entiende la bipartición: hay baño de mujeres y baño de varones, hay rasgos identitarios correspondientes a “ser niño o niña”, entiende que esto implica vestirse de tal o cual modo, preferir estos juegos u otros, o incluso manifestar sus emociones de una manera u otra. ¿Pero hay alguna diferencia más?
Quiere saber, cómo es posible y si lo es, convertir un varón en una mujer. Es cierto que en el entorno de su familia aparecen lógicas de la diversidad que complejizan la lógica binaria. Pascual habla de convertir, de varón a mujer, y dice con tono excitado: —”Mando para atrás el pelo y las bolas las pego con plasticola para que no se vean”. —A las mujeres no se le ven las bolas. Enuncia esta transformación de varón a mujer mientras tiene en sus manos a Anakin, personaje de la guerra de las galaxias y Agrega: —”¡No! con la gotita mejor. Le puse tetas y corpiño, lo pegué para que no se le caigan”. Me incomoda, no estoy segura que sea Anakin mujer, busco en Google, estoy confundida. Pascual aclara que tiene una identidad secreta para confundir al canciller, que es de los malos.
Le pregunto en otra sesión: “¿Será que hay varones que se visten como mujeres? Cuántas cosas diferentes hay, mujeres y varones, grandes y chicos, mujeres que son como varones, varones que son como mujeres… “Desde su lógica sólo con cambiar los atributos externos se modifica la identidad de género. Está preocupado por estos temas, pero aún la diferencia sexual anatómica no parece interesarle.
Sin embargo, en este intento de convertir al varón en mujer, de agregar o suprimir atributos sexuales, aparece un gesto mágico omnipotente donde la angustia de castración toma un cariz muy fuerte”.
Esta confusión que emerge en Pascual, este universo imaginario de “n” sexualidades donde trasviste y modifica omnipotentemente y magicamente desmiente lo que observo antes: la percepcion de la falta , las nenas usan corpiño, en mi familia no hay nenas y finalmente … ¿Por qué no tengo mamá?
Pascual me dice en secreto: “Esto no lo anotes, miré el otro día en la tele que un doctor estaba sacando un bebé le arrancó la cabeza”. Lo pienso literalmente, sin cabeza. Recibo esa imagen del relato con preocupación, está en presencia de realidades que no puede entender.
A: —Hay cosas que ves que son difíciles de entender, diferentes formas de ser varón y de ser mujer.
Consideramos que la intervención de la analista podría estar sesgada del imaginario parental. “Hay diferentes formas de ser varón y de ser mujer”. Esto pone en riesgo la buqueda de la verdad. No olvidemos que Pascual dice “corpiño=nena”, “No corpiño = varón”. Esta es la lógica binaria con la que Pascual constituye la diferencia sexual que la analista podría subrayar.
El tratamiento se encuentra inundado de curiosos interrogantes. Saber acerca de ser nene o ser nena. La analista es convocada a esa pregunta. “¿Vos tenés bolín? ¿Vos usás corpiño?”. Es un momento dramático del análisis. Punto culminante para estalecer la verdad de la lógica binaria de la diferencia sexual. O diluir la misma en generalizaciones o teorías racionalizadoras.
¿Cuál es la ética del psicoanalista de niños?¿Cómo escuchamos el ruego del niño para ayudar y ser fiel a la verdad?. A su propia verdad de haber descubierto “nena usa corpiño”. ¿Qué hacer con esto? ¿Cuál es la dirección de la cura?.
Se nos ocurre una alternativa: convocar al padre y que pueda escuchar las preguntas del niño, de modo tal que también pueda responder la incognita: ¿Por qué no hay mamá-nena en esta familia?. La analista observó que Pascual advertía la diferencia y se cuestionaba por ella.
Nuestra perspectiva es que allí está el camino de la verdad que ha de ser develada, pues ya está presente en Pascual. Consideramos que ésta podría ser la dirección de la cura.
“Pascual va comparando su realidad con la de otros compañeros. Llama la atención el nivel de sadismo en las fantasías sexuales: partos asesinos, bebés arrancados, la cabeza separada del cuerpo, violencia sexual en coitos, etcétera.
En una sesión semanas después, dice: A las madres las matan y les sacan el hijo.
Dibuja una señora con panza y hace el gesto de cortar la panza con un cuchillo y luego el cuello. Otra escenificación habitual es armar un cerco donde pelean dos adentro, viene un auto, voltea el cerco y se mete. Me arriesgo a pensar que representa una “escena primaria de varones y el excluido que entra violentamente”. En estos años Lautaro tuvo otras parejas y con una se dieron algunas ocasiones de convivencia. Pascual se indignaba ante la prohibición del padre de no entrar a su dormitorio. Pascual tiene dificultades en aceptar este tipo de límites, en el consultorio también noté cierta indiscreción con los lugares no ofrecidos, como cajones y puertas del placard cerradas, recuerdo problemas semejantes habidos en la escuela y a los ya me he referido. Pienso en cómo inaugurar lo permitido y lo prohibido, lo propio y lo ajeno.”
Pascual busca con desesperación conservar su masculinidad: irrumpe, se mete, hace goles, ataca en la cancha, rompe cercos; como un científico buscando un saber.
Veamos como M. Klein piensa estas situaciones dramáticas.
Melanie Klein relata 2 el caso de un niño de 12 años que tuvo en tratamiento poco antes de ser enviado a un reformatorio. Afirma que el único modo de relación que tenía con la gente era de destrucción, su conducta se caracterizaba por robar, romper cosas, ataques sexuales a niñas pequeñas. No era muy inteligente pero no fue un obstáculo para el inicio del tratamiento. Pocas semanas después del inicio había modificado todas sus conductas. Klein tuvo que dejarlo de ver por dos meses por razones privadas, concurría a consulta tres veces por semana. Cuando la terapeuta puede volver a verlo la madre adoptiva del niño hizo lo posible para evitar la consecución del mismo. Durante la interrupción del mismo vuelve con los actos delictivos y es enviado directamente al reformatorio. A pesar de los intentos de Klein de reiniciar el análisis, el influjo fue imposible y concluye que para ella se ha iniciado el camino hacia una carrera criminal.
En el resumen de la historia del niño, cuyos datos solo fueron obtenidos a través de la técnica de juego con el niño en tratamiento, M.
Klein dedujo:
- que la hermana mayor lo había forzado a él y otro hermano menor a realizar actos sexuales desde muy temprana edad.
- el padre murió en la guerra y la madre se enfermó. Cuando muere la madre va a casas adoptivas, es tratado de mal en peor.
- odiaba a su hermana por el acoso sexual, y porque había maltratado a su madre mientras estaba moribunda.
- había participado de la escena primaria por dormir con sus padres. Padeció impresiones muy fuertes de coito sádico.
- repetía con las niñas el mismo ataque sádico que él había padecido, pero ahora como agresor.
- irrumpir en los armarios y robar tenía la misma fantasía violatoria que había padecido y la transformaba en destructividad para fuera, eran verdaderos ataques sexuales.
- este niño sintiéndose abrumado y castrado tenía que invertir la situación probándose a él mismo que podía ser el agresor mismo.
- la causa probable es siempre la misma “probarse una y otra vez que aún era un hombre ”
Nos parece que de ésto trata la sintomatología de Pascual: “Probarse una y otra vez, que aún es un hombre”
El concepto de verdad en los niños
Este es un capítulo de nuestra investigación muy difícil de abordar: se cruzan a nuestro paso cuestiones ideológicas y prejuicios.
Desde el punto de vista teórico, observamos que el niño pequeño necesita con urgencia, desde su nacimiento, ser asistido por un adulto experimentado. Significa: un adulto que tenga un Yo constituido, que sea capaz de postergar sus propias urgencias pulsionales a favor del pequeño con un Yo corporal incipiente y desorganizado. Esta dependencia, efecto del desamparo proveniente a su vez de la prematuración, se morigera cuando el niño es capaz de iniciar la investigación sexual infantil alrededor de sus 2 ó 3 años.
Mientras la etapa oral de la libido no brinda demasiadas posibilidades de rebeldía y oposición, la etapa anal, en cambio, ofrece al niño el desafío a la autoridad de los padres. Correr, trepar, saltar, soltarse de la mano, terquedad y capricho constituyen algunas de sus manifestaciones. El movimiento intestinal gobierna a través de las heces, retenidas o expulsadas, las manifestaciones de carácter. El carácter anal y la pulsión de dominio invisten un cuerpo dueño de su autoerotismo. Muchas sensaciones placenteras los llenan de felicidad. Límites y castigos de los adultos ponen frenos a este despliegue.
Al consultorio acuden padres, consultando que hacer con estas manifestaciones. Y la respuesta más plausible quizá sea “señores de esta confrontación surgirá la ética de su hijo”. Ética y construcción de una verdad, teorías sexuales mediante.
El niño defiende sus teorías sexuales por el erotismo conseguido y los placeres voluptuosos le otorgan certeza y satisfacción. Desde esta certeza interrogan a sus padres sobre el modo en que ellos consiguieron el hábito de cultura. Es decir, …“La cultura se adquiere por renuncia a la satisfacción pulsional, y a cada recién venido le exige esa misma renuncia. A lo largo de la vida individual se produce una trasposición continua de compulsión externa a compulsión interna”. Esto dice Freud en “De guerra y de muerte”3 .
Así se constituye la aptitud para la cultura de un individuo.
Consideramos que es lícito preguntar si la construcción ética del niño deriva de la confrontación con el modo en que los padres han logrado instalar su propia aptitud para la cultura.
Hay verdades que los niños no pueden dilucidar, en el transcurso de la primera infancia: el papel fecundante del semen en el acto sexual y la existencia de la vagina. Este es el motivo del fracaso de la investigación sexual infantil.
El niño construirá su verdad interrogando a sus padres acerca de qué modo fueron educados para lograr ennoblecer sus pulsiones. Ellos observaran si hubo un cierto éxito o si se instaló una simulación o engaño.
Siempre que un niño tenga que soportar una falta (padre, madre, hermano) sea por elección sexual de sus padres, como por luto o por la desaparición de uno de los progenitores se instala la pregunta por la diferencia. Es decir, se traslada a esa falta en particular el complejo de castración. Tal vez la particularidad sea la aceptación de que de eso no va a tener, ni va a volver más. Es decir, no va haber re hallazgo de objeto.
Tendrá que atravesar lo inexorable de un duelo. Y ahí se pone en juego la capacidad de consuelo del círculo de elección objetal del niño. Si el adulto tiene capacidad de aceptar su propia castración o evita enfrentarse a las mismas por temor a sufrir y miente o construye teorías inexistentes. Es un enigma a develar: ¿por qué no está lo que debería estar?
El sentimiento de vergüenza y perplejidad acompaña está investigación en los niños. Y no alcanza con una teoría que hable de funciones pues el niño no acepta esa sustitución de lo que no está. Lo que no hay, no hay. Es decir, el niño se enfrenta a una privación, una falta en lo real. Por eso hablamos de duelo.
Conviene no asombrarnos sobre la pérdida de realidad. Aspectos excluidos de la realidad, escisiones (lo que Lacan diría forclusiones) se presentan en múltiples expresiones culturales. En los mitos religiosos o urbanos, en las sectas, entre otras. Muchas creencias se fundan en la expulsión de fragmentos de la realidad y se establecen consensualmente. Joseph Campbell (Los Mitos. Su impacto en el mundo actual. Kairós, 1972) opina que el religioso contemporáneo debería sustentar su creencia en el valor simbólico de la construcción del mito que relata la religión, y no simplemente en la creencia en los hechos mismos del relato.
La pérdida de realidad se debe a varios factores entre los cuales el sufrimiento es singularmente importante. Se pierde realidad a favor del deseo, o más bien en las pulsiones que lo sustentan. Pero también se pierde realidad cuando el trauma es de tal intensidad de dolor que se le hace insoportable al yo, de modo tal que la alternativa defensiva es la desmentida, rechazo o expulsión del pedazo de realidad imposible de metabolizar… y a partir de esta pérdida se la sustituye por una construcción de neorealidad, de realidad inventada, de una “realidad conveniente” para eludir el sufrimiento, que siempre tiene, según Freud un carácter castratorio, es decir el sufrimiento significa castración.
Estas modificaciones de la realidad tienen diferentes graduaciones.
El psicoanalista no debería confundir consenso social o aceptación en la cultura epocal de ciertas conductas con las determinaciones psíquicas que las inspiran. Por ejemplo: en la antigua Grecia fue aceptada y naturalizada la homosexualidad por sólo dos siglos.
Melina, 7 años
Se enfrenta a la tristeza por la muerte de su mamá – OTRA LÓGICA BINARIA.
Leandro de 41 años, viudo desde hace dos años, relata que su mujer, María muere, a los 39 años de “cáncer de cabeza”. Enfermedad que la deja ciega y postrada.
Leandro queda a cargo de sus dos hijos, quienes actualmente tienen Melina, 7 años y Tomás, 3 años.
Unos meses antes de fallecer María, el grupo familiar deja de vivir en un departamento que alquilaban y pasan a vivir: Leandro en casa de su mamá, quien tiene una pareja que no es su papá. Y a pedido de las hermanas de María a ésta la llevan a su casa que comparten con su mamá.
Los chicos alternan entre la casa de una y otra abuela.
Un tiempo antes de fallecer María, la esposa de un amigo de Leandro, que es psicóloga, los ayudó teniendo algunas entrevistas con Melina para contarle lo que le pasaba a la mamá. Leandro dice que les sirvió pero que ahora, cree que Melina necesita estar con otro profesional que no sea conocido, porque era todo muy informal y no había una continuidad.
Su consulta tiene que ver con la preocupación de que Melina no nombra a su mamá, dice: “no toca el tema ” y si lo hace es a través de su hermano, “papá vos sabes que Tomas me dijo que extraña a mamá “.
Leandro expresa: “no sé qué hacer, cuando me pregunté por la mamá”…”yo no la llevé nunca al cementerio”…”yo tampoco hablé más…”
…Conozco a Melina quien impresiona como más grande que su edad, es alta, se sienta en el sillón como un paciente adulto.
Le pregunto si sabe quién soy yo y a qué me dedico, me dice que sí, que soy psicóloga. Ante su respuesta le digo: y ¿sabes que hacen los psicólogos y por qué entonces te trajo tu papá?
Me dice que los psicólogos “ayudan a los demás”, que ella quería venir, pero no sabe por qué.
Ante mi pedido realiza un dibujo libre y durante la realización del mismo, me pide ir al baño, la acompaño. Al regresar del baño, sigue con el dibujo. Cuando termina de leer la historia que escribió sobre el dibujo, pide ir de nuevo al baño, dice: “no pude terminar de hacer”-
Va al baño y llega su papá a buscarla. El papá se acerca a la puerta del baño y ella le dice: ” no puedo hacer, pero quiero hacer”. Sale del baño y acuerdan ir a su casa.
A mitad de semana, antes de tener que venir nuevamente Melina a sesión, el papá me escribe el siguiente WhatsApp:
…Te quería comentar algo que pasó anoche con Melina, estaba rara, le pregunté qué le pasaba y empezó a llorar… me dijo que extraña a la mamá., que todos tienen a su mamá y ella no..”
También me dijo que el sábado cuando estuvieron en un cumpleaños, Melina dijo: “una nena me preguntó por mi mamá y yo no le contesté nada”.
Yo le dije: ¿por qué no le dijiste que está en el cielo?
Y ella dijo: No, porque me da vergüenza, porque no me animo, porque no quiero decirlo, porque me da vergüenza”.
Los actos, los dibujos, las expresiones que van surgiendo junto a los juegos elegidos por el niño en un contexto analítico gozan de una figurabilidad que debe situarse desde las estructuras de pensamiento de la infancia, que son distintas a las que se consolidan en la adolescencia y en la adultez.
Melina siente vergüenza de su situación familiar, no hay mamá.
Freud (Tres ensayos de teoría sexual 1905) nos presenta a la vergüenza como uno de los diques psíquicos de la represión, siendo la latencia la etapa del desarrollo psicosexual en que aparece.
Según el Diccionario de psicología, Vergüenza es: la actitud emocional excitada por la realización de una falta o impropiedad. La vergüenza es un afecto doloroso relacionado con sentimientos de culpa o temores de verse ridiculizado, humillado o puesto en evidencia. Es una defensa contra el deseo de exhibirse, basada en la anticipación del rechazo por el mundo externo o el Superyó.
Encontramos otro sentido que Freud le da a la vergüenza (1933) como resultado del sentimiento de inferioridad frustración narcisista por no alcanzar al ideal, especialmente si otros logran aquello en lo que uno considera que fracasa.
Aparece en Melina la vergüenza por lo distinto. Se siente humillada por no contar con una familia similar a la de la mayoría de sus pares y por ello se angustia y no lo quiere mostrar. Lo mantiene silenciado, generándole ansiedad “quiero, pero no puedo” e inhibición.
Este caso refuerza nuestras hipótesis: la ausencia de uno de los progenitores instala vergüenza, sentimiento que revela una falta. Melina se ve obligada a hacer un duelo. Se trata de los efectos de una privación en lo real. ¿No se trata entonces, en el caso de Pascual de una circunstancia similar? ¿No denuncia acaso una falta, una ausencia, una carencia real?
Pascual y Melina están convocados a pensar y elaborar la ausencia de una mamá. Esta falta les provoca a ambos sentimientos de vergüenza y humillación. Mientras Melina convivió hasta los 5 años con su mamá que enferma y muere. Pascual debe sufrir el haber sido entregado en adopción por su madre biológica. En ocasiones tiene contacto con ella y sus otros hermanos biológicos. Sin embargo, no tiene ningún problema en decir que su madre está muerta. ¿Cuál madre? Podríamos pensar esta afirmación como un intento de resolver un sufrimiento conmovedor. ¿Por qué mi madre me dio en adopción? ¿Por qué a mí y no a mis otros hermanos que viven con ella? Y lo que se desliga de esto: “¡formo parte de una familia donde no hay mamá¡”. Solo mucama nena que tiene corpiño.
Pascual en lugar de sufrir se ve obligado a hacer una desmentida. “Mi mamá está muerta”
Melina deberá enfrentarse a la tristeza de la ausencia de su mamá. Pascual ¿Qué puede hacer? ¿Podemos los psicoanalistas hablar de “función” ante el tema de la ausencia en lo real? ¿Podemos los psicoanalistas desmentir el tema del duelo cuando es imposible el re hallazgo de objeto?
Pascual está jaqueado desde su identidad sexual, probar que aún sigue siendo un hombre y el temor a la pérdida de realidad. “¿Los hombres usan corpiños?”. “Mi mamá está muerta”
Referencias
- Woloski, Graciela “Revista de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis/ Número 15/16 -2011/2012”.
- Klein, Melanie “Tendencias criminales en niños normales” (1927).
-
… “Como ya sabemos, la compulsión externa (la ejercen la educación y el medio) provoca en el hombre una reforma de su vida pulsional hacia el bien, una vuelta del egoísmo en altruismo. Pero este no es su efecto necesario ni regular. La educación y el medio no solo tienen premios de amor por ofrecer; trabajan también con otra clase de premios de conveniencia: recompensas y castigos. Por tanto, su efecto puede ser que el sometido a su influencia se decida por la acción culturalmente buena sin haber consumado dentro de sí un ennoblecimiento pulsional, una transposición de inclinaciones egoístas a inclinaciones sociales. El resultado será, en líneas generales, el mismo; sólo bajo particulares condiciones se revelará que un individuo actúa siempre bien porque sus inclinaciones pulsionales lo esfuerzan a ello, mientras que otro sólo es bueno en la medida en que esta conducta cultural le trae ventajas para sus propósitos egoístas, y únicamente durante el tiempo en que ello ocurre. Pero un conocimiento superficial del individuo no nos proporciona medio alguno de discernir entre esos dos casos, y sin duda nuestro optimismo nos llevará a sobrestimar en mucho el número de los hombres que se han transformado en sentido de la cultura”
Finalmente concluye Freud … “Quien se ve precisado a reaccionar constantemente en el sentido de preceptos que no son la expresión de sus inclinaciones pulsionales, vive -entendiendo esto en su aplicación psicológica- por encima de sus recursos, y objetivamente merece el calificativo de hipócrita, sin que importe que haya alcanzado consciencia clara de ese déficit
Bibliografía
- Woloski, Graciela “Revista de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis/ Número 15/16 -2011/2012”.
- Klein, Melanie “Tendencias criminales en niños normales” (1927).
- Freud, Sigmund “De guerra y muerte. Temas de actualidad”- Pag 284-Amorrortu Editores XIV- 1914/1916.
- Freud, Sigmund “De guerra y muerte. Temas de actualidad”- Pag 285-Amorrortu Editores XIV- 1914/1916.
- Freud, Sigmund “De guerra y muerte. Temas de actualidad”- Pag 286-Amorrortu Editores XIV- 1914/1916
- Campbell Joseph “(Los Mitos. Su impacto en el mundo actual.” Kairós, 1972)
- Freud Sigmund “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905, Tomo VII, p. 165). Amorrortu Editores