Resumen Gabriela Goldstein
¿El sinsentido o la carne del otro?
La pregunta por el mal exige una especulación de diferentes niveles discursivos, que no deja de ser insuficiente. En el mal, están implicadas las problemáticas de la libertad, de la moral, del mal cometido, del mal sufrido, del obrar mal, de la perversidad, de la maldad, y de algo diabólico escalofriante que… no deja de “fascinarnos”: ¿por qué el mal?
Unas figuraciones del mal proponen hacer pensable algo que aparece en diversas formas.
- Es algo para lo cual no alcanzan las palabras, algo inimaginable.
- Las variaciones de las formas del mal dan cuenta de que su polimorfismo “su carácter polimorfo 1 ”.
- La pregunta por algunas diferencias del mal: ¿es pasional o es “porque si”?
En su libro “el mal” Paul Ricœur (2019) recorre el “desafío sin parangón” del problema, y propone pensar de otra manera. Sin embargo, en ese desafío a la teología y la filosofía, no deja de reconocer freudianamente que “el mal esta inscripto en el corazón del sujeto humano (como sujeto de una ley o sujeto moral)” 2 . La lección de Freud es terminante al aislar esa instancia feroz en el corazón del hombre que es “la inclinación innata del ser humano al «mal» a la agresión, la destrucción y, con ellas, también a la crueldad…” (Freud 1930); “en realidad no hay desarraigo alguno de la maldad” (“De guerra y muerte”) sentencia Freud en 1915. Si bien Freud no desarrolla un estudio sistemático del mal, con la introducción de la pulsión de muerte, (1920) define en el efecto de desligadura un factor determinante del mal, puesto que rompe y corrompe el lazo primario amoroso y la matriz simbólica, pervirtiendo el lado del espejo y el lazo social que propone la cultura.
Propongo pensar tres figuraciones del mal:
- Una figura del mal “pasional”, es el Ricardo III de Shakespeare.
- Otras figuras mas enigmáticas son Macbeth, el asesino serial y el “muerto vivo”.
- Pero la figura radical es la que comete el “crimen sin nombre” denominado “genocidio”.
¿De donde viene el mal? el “pecado” introduce una nada de un genero distinto, caracterizada por la maldad, como el implacable desmantelamiento de la subjetividad que lleva a sobrepasar los limites de lo humano para hacerlo inhumano.
Un metapsicología del mal nos lleva a reconocer en Freud una escandalosa verdad, lo irreductible del mal que parece escapar a toda causalidad acaso ¿el mal es sin porque para el mal desapasionado?. Sin embargo, la desobjetalización 3 , y las raíces narcisistas del mal en la desintrincacion pulsional, insensata, mueven un “mal de fondo” y desnudan una trasgresión radical: atravesar el limite declarado infranqueable.
