Resumen Mauricio Zulian
Violencia y realidades extremas
“Una mendiga le había dado a una niña que había cogido lombrices de los perros; la pequeña había muerto… de la miseria de la llanura, de ese bello y fatal equilibrio… había sido un día de injusticia y de cólera”.
¿Qué pensamos en psicoanálisis cuando hablamos de “analistas viejos o jóvenes”? ¿La experticia de los viejos y los discursos de avanzada de los jóvenes? Hipótesis: lo viejo intenta el sostenimiento de lo instituido; lo joven, su renovación, para instituirse en la siguiente vejez. Entonces, los analistas no tenemos que envejecer ni acomodarnos en la adolescencia querellante. Entonces podremos pensar que trauma es constitutivo del sujeto y cual lo destituye.
A la hora de pensar violencia, hay un antes y un después de Foucault, y cada vez más, se piensa la violencia no como maldad o patología, sino como consecuencia de un sistema de poder que encierra al sujeto hasta su explosión violenta. Hay que leer aquí la violencia de género como resultado del sujeto ante un sistema de poder. ¿Entre el yo en su realidad psíquica y el yo ideal qué poder ubicamos? La falta se tapona con el objeto-mujer degradado. Violencia como consecuencia de una estructuración psíquica que ha pasado por las luchas fraterna, el asesinato del padre, los celos o envidias y la agresividad generada por un imaginario que falla siempre en su función.
Sí buscamos violencia en Google, se nos presenta la violencia de género. Si buscamos “violence”, lo que encuontramos es violencia por el uso de armas. Más específicamente, por las armas de los policías y descubrimos que el 40 por ciento de los casos de violencia de género son realizados por policías sobre mujeres (sus). Sumemos latinos y afroamericanos. Otras formas de degradación del objeto. ¿Es el asesinato de George Floyd una realidad extrema? ¿y sus consecuencias? Por el racismo que la determina. Y lo es para la victima de violencia de cualquier tipo. La pregunta será, cómo pensamos la relación entre la pulsión y las realidades extremas, cuando estas tuercen el destino pulsional o no permiten su desarrollo en absoluto. Arrasamiento del sujeto deseante, donde será de acuerdo a cómo se estaba desarrollando, su tránsito y salida por las diversas situaciones vividas. Es allí que me encuentro con Mannoní que fue arrasada por la falta de afecto de sus padres o con M. Duras, que vivió la violencia del colonialismo británico, que llevo las márgenes del Mekong a ser una llanura de miserias, y una madre que duerme mientras sus hijos cazan cocodrilos para matar el hambre. Allí, teorizo el desnarcicismo como falta de posibilidad de investir/se de brillos; pulsión que desangra en un sujeto no mirado, sin posibilidad de competir, celar, tener ni ser. Mi pregunta será por el desarrollo de un niño en tiempos de realidades extremas y violencias, en cárceles, villas o Disney world. O familias sin amor. O que se encuentra en medio de guerras, ya sea contra la misma especie u otras. Poderes del hombre o la naturaleza como un real inasimilable.
